Abusar de la tecnología provoca desorden en su estilo de vida.
Por: EFE,
Tras pasar todo el día conectado al ordenador, llega a casa, y ¿enciende la portátil? ¿Siente la necesidad imperiosa de mirar el celular a menudo? ¿Le provoca nerviosismo no saber manejar un dispositivo electrónico?
Así se manifiesta el tecnoestrés, un trastorno que afecta a muchas personas, según el psicobiólogo José María Martínez Selva.
Los elementos tecnológicos se han instaurado en todos los ámbitos de la vida. Aunque su principal cometido es facilitar nuestro día a día, pueden generar nerviosismo porque “hay que aprender a manejarlos, lo que lleva tiempo, y puede desencadenar más problemas de los que nos resuelve”, afirma Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).
Este nerviosismo da lugar al tecnoestrés, “un tipo de estrés provocado por la exposición continuada al uso de nuevas tecnologías de información y comunicación como internet, celulares, la televisión digital o el teletrabajo”, según el Observatorio Permanente de Riesgos Psicosociales de la UGT.
Problemas más frecuentes
La lectura de manuales para usar de forma adecuada la tecnología es una de las claves para que esta nos sea de ayuda, afirma Antonio Cano, quien explica qué complicaciones suelen acompañar al usuario:
“La sobrecarga de información y la exigencia del desarrollo de nuevos conocimientos y habilidades para manejar la tecnología”, amplía el especialista.
La evitación de algunos elementos tecnológicos “por el nerviosismo y la ansiedad por algo que no sabes manejar, equivocarse o fruto de la incertidumbre de si lo van a hacer bien o mal”, sostiene.
En el extremo opuesto, se encuentran aquellas personas “que se pierden en las nuevas tecnologías”, apunta Cano
El especialista señala como ejemplo el caso de un adolescente que dedica ocho horas a las tecnologías. En un caso así, la adicción “va a tener un peso importante en su vida”, repercutirá en su futuro a nivel económico, laboral y social, e incluso puede esconder “problemas de fobia social por los que el individuo tiene dificultades para relacionarse con los demás y lo hace solo con máquinas”, advierte.
Lo más vulnerables
Antonio Cano precisa que existen diferencias individuales ante la tecnología. “Hay quien disfruta al aprender por ensayo y error mientras que otros evitan usar un aparato que no conocen, lo que dificulta el aprendizaje”, matiza.
Asimismo, indica que los niños y las personas jóvenes están más capacitados para aprender mientras que a las personas mayores les va a costar más adaptarse a usarla.
La sobrecarga de información y demanda de conocimientos para su utilización es “algo que podemos padecer todos en cualquier momento y ,sobre todo, si ya estamos estresados”, continúa Cano.
La elusión del uso de la tecnología puede afectar a personas con problemas para aprender con las nuevas tecnologías, como “una especie de fobia que puede generar cierta discapacidad laboral y social”.
Otro de los riesgos es la adicción. Los jóvenes son los más inermes a este problema que es “probablemente el peor de todos”, puede vincularse a otros problemas que no están bien detectados, evaluados y tratados.
Tomado del diario digital, www.laprensa.com.ni, Managua, Nicaragua.
Sección: Espectáculo/Familia.
Lunes 02 de Marzo del 2015.
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